Desde hace un cuarto de siglo, la Route verte anima a los aficionados al ciclismo a explorar a su ritmo las diferentes facetas de las regiones de Quebec. Hoy en día, es el gigante indiscutible del paisaje norteamericano de rutas ciclistas. Con una extensión que supera ya los 5.300 km, la Route verte ha evolucionado hasta convertirse en la red ciclista más extensa del continente.
Más allá de su tamaño, la Route verte desempeña un papel crucial al tejer un vínculo interregional para los ciclistas, conectando hábilmente Quebec con sus vecinos como Ontario, Nuevo Brunswick y Estados Unidos. Esta ingeniosa red ofrece mucho más que un simple viaje: también garantiza una experiencia ciclista cómoda y segura. Los carriles bici, diseñados según normas rigurosas, están realzados por una señalización eficaz, que garantiza un viaje sin preocupaciones.
Desde su inauguración hace un cuarto de siglo, la Route verte ha conservado su misión fundamental: invitar a los ciclistas a escaparse por las regiones de Quebec fomentando al mismo tiempo el descubrimiento y la aventura personal. Como pionera de las rutas ciclistas en Norteamérica, sigue siendo una visita obligada para todos los aficionados a las dos ruedas que deseen explorar, relajarse y sumergirse en la pintoresca diversidad de Quebec.
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